Los relojes blandos, Salvador Dalí
Todo en esta vida tiene un tiempo. Un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para plantar y un tiempo para cosechar. Así lo dice el libro de Eclesiastés.
Este blog ha llegado a mucha gente. Comentarios se han recibido por decenas. Las visitas pronto alcanzarán la decena de miles. Colegas me detienen y me dicen que le siguen. Estudiantes se sorprenden de conocer a un profesor bloguero. Eso me ha llenado de mucha alegría. Compartir un poco de mí con muchos.
Este blog ha llevado un mensaje implícito, la importancia del tiempo. Sobre todo el tiempo que nuestra juventud dedica a su formación. Como optimizarlo, como disfrutarlo y como sacar de él el mayor rendimiento.
Tienes razón, Carlos. El tiempo dedicado a formación en la adolescencia y juventud es el tiempo de siembra y fermento para el futuro, y es muy necesario que los que vamos por delante ayudemos a nuestros jóvenes a diseñar un futuro mejor para ellos mismos y para toda la sociedad.
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