Llegué por primera vez a la ciudad de Barcelona al amanecer. Fue a través de un largo y cansado viaje en autobús que duró toda la noche. Mis ojos guardaron aquel vívido momento donde la luz tenue y rojiza iluminaba aquella inmensa mole de concreto y ladrillo.
Uno de los atractivos turísticos es un ancho paseo peatonal conocido como la rambla. Al final del mismo se llega al mar, y ahí se impone un enorme monumento a Cristobal Colón. Este personaje universal representa muchas y diferentes cosas. Pero hay un denominador común: la curiosidad del ser humano por explorar, por no quedarse estático, por ir más allá, incluso hacia los desconocido.
Esa curiosidad es la que ha alentado el progreso. Esa curiosidad es la que se debe potenciar y alentar. Sin ella la humanidad moriría en su propia desidia. Sin ella estaríamos condenados a la decadencia.
Ya Aristóteles ponderó la importancia de la curiosidad del ser humano...
ResponderEliminarLa curiosidad es un motivador. Que nos empuja a llegar a lugares donde nunca hemos estado :)
ResponderEliminarExacto! Gracias por escribir.
Eliminar