Como ya lo comenté en mi última entrada, se ha hecho circular un libelo donde se cuestiona las elecciones estudiantiles celebradas el martes 22 de septiembre, ganadas por el movimiento PorFia (ver link). Hay muchas cosas que podría señalar de ese informe, pero la que más llama mi atención es la falta de respeto al votante. Es decir al estudiante.
En las conclusiones se señala que los estudiantes de nuevo ingreso "tienen escasa madurez para tomar decisiones trascendentales sobre la base de un análisis lógico y coherente." De forma contradictoria se cuestiona la alta participación, 1500 votantes (aproximadamente un tercio de la población de la FIA), diciendo que es "aplaudible" pero, al mismo tiempo, se arremete contra el participante: "al realizar un análisis más profundo habría que traer a colación la madurez y el conocimiento del funcionamiento de la Universidad por los jóvenes que definieron la elección."
El desprecio al estudiante queda patente en el siguiente párrafo: "Habría que realizar un profundo análisis si ese voto por el cual él ha ganado ha sido un voto consiente y consecuente de la realidad universitaria o solamente fue un momento de rebeldía y de una decisión que prácticamente fue tomada por estudiantes que ni siquiera saben si culminarán sus carreras."
No se vale arremeter contra el estudiante. Nadie esta por encima del otro. Todos somos importantes.