El día internacional de los trabajadores conmemora un hecho: la ejecución en EEUU de sindicalistas anarquistas que reivindicaban una jornada laboral de 8 horas. Sin embargo, no siempre ese número puede aplicarse al pie de la letra. Diferentes tipos de actividades requieren esfuerzos diferentes. Tómese por ejemplo el trabajo de un médico, no por reivindicar sus 8 horas abandonaría a un paciente en plena cirugía. Como tampoco podríamos imaginar a un policía abandonando una operación simplemente porque ya se llegó el fin de la jornada.
Reflexionando sobre mi propia vida de estudiante recuerdo las jornadas extenuantes que me auto-infligía. Eran bestiales. Pero no había opción si se querría avanzar en la carrera. Comparativamente, era como romper piedra y tener como herramienta un simple martillo, pues, poca ayuda recibía de la universidad como institución (profesores, biblioteca, horas de consulta, discusiones, etc). Sin embargo, reflexionando sobre mi metáfora, puede romperse piedra de manera efectiva si se dispone de la herramienta adecuada, como por ejemplo un buen taladro hidráulico.
¿Cuántas horas al día debería estudiar un estudiante universitario?
No hay una respuesta sencilla. Sin embargo, hay una regla de oro que casi nadie toma en consideración y es que se requieren de 2 a 3 horas de estudio por cada hora de clase recibida. Un simple cálculo aritmético pone en evidencia que los planes de estudios de la FIA sobrecargan demasiado al estudiante. Un ciclo de 5 materias, con discusiones o laboratorios sumaria: 20 horas teóricas, 10 de discusión o 10 de laboratorio. En total 30 horas a la semana de clases presenciales. Si aplicamos la regla de 2 a 3 horas de estudio, se tendrían jornadas de 90 a 120 horas de trabajo a la semana. Una locura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario