martes, 10 de mayo de 2016

Higiene en el trabajo

Mi uso del asqueroso y único baño de los laboratorios de la escuela de ingeniería eléctrica se reduce al urinario. Creo que nunca he estado ahí más de un minuto. El lugar ha sido siempre una pocilga. He podido educar a mi cuerpo para no tener que recurrir a los servicios sanitarios de mi lugar de trabajo. 

Sin embargo, el día de ayer las condiciones del baño-pocilga alcanzaba el estándar de centro penal salvadoreño. Al salir me encontré con un alto funcionario de la administración de nuestra facultad. Estaba sentado charlando relajadamente con nuestros técnicos. Al verle no pude evitar quejarme frente a él y al mismo tiempo hacerle ver que su lugar de trabajo, apenas separado 100 metros del nuestro, mantiene unas condiciones "impolutas". Su respuesta fue automática, como la que ya ha sido previamente programada en un robot. La culpa es nuestra. La culpa es de los que trabajamos en ese edificio.

Hacia el mediodía decidí subir unas fotografías para que el problema pudiese ser abordado desde las redes sociales. Algunos de los estudiantes que tienen que aguantar trabajar en unos ya deplorables laboratorios compartieron y comentaron las fotografías. Casi de manera automática empecé a leer comentarios similares a los del citado funcionario. Los comentarios eran realizados por otros estudiantes que de una o de otra manera están involucrados con el desarrollo de la facultad. En suma el discurso era: la culpa es del estudiante que no cuida el patrimonio universitario.

Ese discurso no es nuevo. Se lo oigo mucho al conservadurismo más rancio cuando se habla de pobreza. La culpa de la pobreza es el pobre mismo. Es holgazán. Hay oportunidades y no las aprovecha.

3 comentarios:

  1. Desde hace meses que no recurro a ese servicio sanitario, dado que está fuera de servicio y porque recurro a otros más cercanos cuando no estoy en la EIE, pero en las condiciones en las que se encuentra, con base a las imágenes compartidas, creo que no lo usaré jamás. Es lamentable que no se haga nada al respecto, solamente dejar que sucedan las cosas. Por otro lado, no creo que el estudiante tenga la culpa que dicho servicio sanitario esté averiado, sino de las personas encargadas de su mantenimiento. Porque, aun cuando estuviera en excelentes condiciones, casi no se usa. Pero bien, "el que tenga oídos que oiga".

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    1. Muchas gracias por su comentario. Esta ha sido una de las entradas más leídas del último mes. Esperemos que las condiciones de higiene mejoren.

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