Resulta difícil olvidar la alegría de obtener el primer salario. El cambio de estado de no tener ingreso a tenerlo es simplemente gratificante. Se gana independencia económica, se consuma, por fin, el paso a la vida adulta. Pero, ese cambio de estado no siempre es fácil. Pasar de ser un estudiante universitario a ejercer una profesión no es algo automático. Y, allá fuera, no lo ponen nada fácil.
A la mayor parte de nuestros estudiantes, que están buscando o apenas han encontrado empleo suelo preguntarles cómo está el mercado laboral. Muchas de las respuesta que recibo son para dar escalofríos. Con una economía deprimida, parece ser más fácil el encontrar empresarios, jefes y "jefecillos" que abusan de los profesionales jóvenes que andan en busca de trabajo. Salarios miserables, jornadas extenuantes, trato degradante y timos. Han sido ya varios los casos donde jóvenes encadenan uno y otro empleo donde no hay paga.
En la literatura judeo-cristiana, robar el salario de un jornalero ha sido catalogado como uno de los actos más despreciables. En la Tora, base del antiguo testamento, los judíos recomendaban a los patronos no retrasar ni un día el salario de un jornalero. Encarecían pagar y pagar a tiempo: "[Al trabajador] En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida (...)".
Muchos de éstos ladrones de salarios, son religiosos hasta la médula. Y sin embargo, con impunidad abusan de aquellos que quieren dar ese paso: el de incorporarse a la vida adulta.
Muy cierto Doc. Yo he tenido la oportunidad de tener ya varios trabajos, muchas veces lo que se paga es una escupida comparado a lo que se hace... Lamentable!
ResponderEliminarHola Javier, gracias por seguir este blog. Una pena, la situación allá fuera.
EliminarPor eso yo no tengo trabajo. Es decir he montado mi propio negocio. No es fácil al principio, pero si sos bueno siempre te llamarán a vos y no a otro.
ResponderEliminarMuchas gracias por escribir. Si tienes empresa y si creces requerirás de trabajadores. El trato que reciban de tu parte debe ser el adecuado. Su salario es lo más sagrado.
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