José Napoleón Duarte, La Palma, Chalatenango, 1984.
Era el año 1984. Yo era apenas un crío que aún no entraba en la pubertad. Con otro par de coleguitas habíamos formado una pequeña pandilla de traviesos. Los árboles frutales eran nuestros objetivos más ambiciosos. Mangos, pepetos, zapotes, zunzas y guineos eran objetivo de nuestro pillaje infantil. Un buen día, apareció en nuestro territorio, propaganda electoral. Eran tres póster con la fotografía del candidato a alcalde del pueblo. Supongo que aquello nos pareció un acto de agresión a nuestro territorio. Ya no puedo recordar si mantuvimos una conversación sobre como vengar tal osadía. Únicamente puedo recordar la determinación con la que lanzamos lodo a aquellos inertes carteles. Aquel fue mi primer y único acto de violencia política. O tal vez fue únicamente la reacción de un niño al ver invadido su territorio.
Nuestro acto nos puso en el ojo del huracán. Nos echamos encima a los viejos campesinos que apoyaban aquella propuesta electoral.
Fue la propaganda del candidato por el Partido Demócrata Cristiano la que destruimos. Y con ello habíamos realizado, según los caciques de la comunidad, un acto de ataque al cooperativismo, instaurado hacía apenas unos años atrás. La comunidad vivía un estado de zozobra producto de un bulo de carácter político. Se había hecho correr el rumor de que de no ganar los demócratas cristianos se devolvería la tierra a sus antiguos dueños y los caciques perderían su poder. Aquello no fue más que una noticia falsa de esas que se hacen propalar con el fin de meter miedo.
Bulos en la FIA
Durante cada día de la semana pasada, he enfrentado de una forma o de otra a un bulo que se ha propagado y que dice que de ganar mi candidatura se pondrá en peligro los contratos de nuestros colegas profesores que ya están jubilados y de lo que están por jubilarse. Todo aquello suena a bulo. A esa falsa noticia que se hace circular para meter miedo. El objetivo de esa noticia es querer sustituir la razón por la pasión. Y con ello polarizar. Se conseguiría confrontar a profesores jóvenes contra profesores jubilados o por jubilarse. Eso está muy alejado de nuestro plan de trabajo, que busca conformar un equipo de profesores comprometidos con el futuro de nuestros jóvenes.
Muy buena reflexión, Carlos. No hay que dejarse vencer por las insidias. Se está usando contigo una táctica tan vieja como la Humanidad: intentar dividir a través de la mentira. Que yo haya visto en tu programa, no hay nada de lo que pueda deducirse lo que el bulo señala. Esto se parece a lo que comentabas sobre la pertenencia apócrifa a la CIA de una candidata a Rector...
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