sábado, 9 de julio de 2016

Cinco de cinco (5/5)

En las redes sociales observo como algunos se animan a compartir sus resultados académicos. Publican en sus muros: Cinco de cinco (5/5) o cuatro de cuatro (4/4). Con alegría y con orgullo, provocando una que otra envidia, comparten lo que para ellos es un gran logro. Y con razón. Es el fruto de mucha horas de trabajo, de estrés, de hambre, de sueño, de alegrías y de momentos memorables. 
Debería ser motivo de orgullo para un profesor compartir la misma alegría. La alegría de que se trabaja para sacar adelante a la juventud. Yo no puedo menos que compartir la felicidad que expresan aquellos que muestran orgullo en su éxito, parte de ese éxito es mío. Pero al mismo tiempo, es mío el fracaso de aquellos que no vieron cumplidas sus expectativas. Y el sentimiento de frustración también lo comparto. Y me obliga a pensar, en una de mis ideas recurrentes: ¿Qué puedo hacer para conducir a más jóvenes al éxito?

No hay una única respuesta. Los problemas que afrontan los jóvenes universitarios son muchísimos, y de muy diversa índole. Identificar aquellos sobre los que se puede tener soluciones debería ser el objetivo de los que se dice trabajan forjando el futuro de la sociedad.


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