viernes, 24 de junio de 2016

De pobres y burros

Durante casi toda mi vida he mantenido distancia sobre ese tipo de eventos que reúne a centenas de personas en hoteles cinco estrellas, con comidas de hasta 8 cubiertos, donde se platica sobre pobreza. Ese tipo de evento suele juntar a empleados de ONGs, a empleados y altos burócratas de la cooperación internacional y, por supuesto, a funcionarios de gobierno de todo nivel. Al ver a toda esta gente, cada vez que por una u otra razón me toca asistir a un evento de este tipo, no puedo evitar pensar lo inútil que debe de ser, para algunos, el trabajo que desempeñan. 


Esta semana tuve que impartir una charla dentro de un foro sobre "Desarrollo Digital". Desde el enfoque de la Internet y de las comunicaciones móviles, se abordaron temas como los servicios financieros, el cambio climático y el emprendedurismo. Mi charla estuvo precedida por la de una señora de apellido Kuri. En la agenda especificaba que ella hablaría sobre la necesidad de la inclusión digital. Oír hablar a esta señora fue muy interesante, pues reafirma la visión que las clases conservadoras tienen sobre la pobreza. Como ejemplo de su argumentación tomó a su sirvienta, a la que por cierto describió no como su criada sino como "una persona que trabaja para mi". Según esta señora su criada es poco más que un burro. Su acceso a Internet, a diferencia de ella y de sus hijos, lo ocupa para consumir basura en redes sociales. 

Una búsqueda rápida en redes sociales sobre esta persona conduce a ver que es una empresaria. Su empresa "contribuye a la reducción de la pobreza y facilita el desarrollo empresarial en El Salvador." Creo haber entendido un poco más este círculo. Por una parte están esta especie de empresas parásitas, por otra parte está la cooperación internacional y, cerrando el círculo, por último, están los burócratas. A todos les gusta hablar de pobreza mientras se engulle un buen "filet mignon".

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