viernes, 2 de septiembre de 2016

Manos vacías

Hace más de un año, viniendo de Metrocentro a la Universidad de El Salvador me encontré en el autobús con un estudiante. Le pregunté cómo le iba en sus estudios. Me contestó que los había abandonado. Se notaba que hacía un esfuerzo por mostrarme que su decisión no había sido precipitada y que era consciente de las repercusiones que aquello tenía para su vida. Me contó que había empezado a trabajar en un "call center" y que ya no había tiempo para combinar estudio y trabajo. Sin embargo, después de charlar durante algunos minutos noté un poco de resabio en su tono. Observé cierto enfado hacia aquella institución en la que no había conseguido desarrollar su potencial.

Debo de reconocer que me causó tristeza ver a otro joven irse de la universidad con las manos vacías. Me quedé pensando durante mucho tiempo cuales habían sido algunas de las causas que condujeron a que aquel joven no hubiese acabado sus estudios. Algunas se encuentran en la misma institución. Resulta que después de haber estado durante cuatro años en la carrera de ingeniería informática decidió cambiarse de carrera. Y fue esa decisión la que le acarreó consecuencias graves.

No hay nada de malo en cambiarse de carrera. Sin embargo, cuando no existe un "common core" o un grupo de asignaturas comunes los cambios de carrera suelen ser muy perjudiciales. Una facultad como la FIA debe contar con un "common core" que facilite el cambio de carrera sin que esto perjudique al estudiante. Unos nuevos planes de estudios no deben de pasar ésto por alto.

Aquel joven del autobús también fue víctima de las arbitrariedades institucionales. Habiendo cursado Introducción a la Informática en la carrera de Sistemas Informáticos, más tres Programaciones y otro puñado de asignaturas del área de informática, pues, se le obligó a repetir Introducción a la Informática impartida por ingeniería eléctrica. Todo un absurdo: dos asignaturas con el mismo nombre, con casi el mismo contenido no son equivalentes dentro de una misma facultad.

Pero la arbitrariedad que cayó sobre este joven fue aún mayor, de proporciones indecibles. Este estudiante, mientras estuvo en la carrera de Ingeniería Informática, reprobó en dos ocasiones Física III. Pues resulta que de esa asignatura si le fue concedida equivalencia. Asignatura que no existe en el plan de estudios de Ingeniería Eléctrica. Se le concedió equivalencia, Física III por Electromagnetismo I. Con ello el citado joven se vio en la difícil situación de tener que cursar en tercera matrícula una asignatura que no había estudiado en su vida.

En general, todas estas arbitrariedades acaban dañando a los jóvenes, a sus familias y a la sociedad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario