Tres de nuestros jóvenes, dos chicos y una chica, están en este mismo momento sometidos a una larga y extenuante prueba que tiene una duración de 24 horas. Concursan en una especie de maratón mundial de programadores. La competencia va ya por su décima edición y la participación de El Salvador va apenas por su segundo año. Cualquier universidad del mundo con rama estudiantil del IEEE puede conformar los equipos que desee y participar. El año pasado la Universidad de El Salvador conformó el primer equipo en participar. Quedamos al rededor de la posición 1500, de un total de casi 3000 equipos. Nada mal para ser primerizos.
Participar en una maratón requiere preparación. Nuestra participación tanto la del año pasado como la de este año tiene su base, diría yo, más en la pasión que en la preparación. El equipo del año pasado y el de este se conformó con muy poca antelación y el apoyo que ha recibido ha sido muy modesto. Vale la pena mencionar que otras universidades a nivel mundial se toman muy en serio la competencia. Entrenan, ponen a disposición tutores y al final, como en toda competencia, obtienen las mejores posiciones a nivel mundial. Estas universidades tienen un compromiso muy fuerte con los jóvenes y los motivan a que participen en eventos internacionales. Al mismo tiempo apoyan ese esfuerzo.
No sé si en algún momento se oirá nuestra voz que pide apoyo y compromiso institucional. El concurso IEEEXtreme sería uno de los concursos que pondría a prueba la versión "jóvenes talento" de la programación salvadoreña. Con una gran diferencia: La participación internacional sería más barata pues no se requiere de desplazar los equipos de competidores al extranjero. Todo se puede hacer desde cualquier lugar que cuente con una conexión a Internet.
En este mismo momento que termino de escribir esta entrada, nuestros chicos llevan ya 12 extenuantes horas de trabajo. No puedo menos que ofrecerles la mejor de las suertes: ánimo y a sacar el mejor resultado posible.
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